
El último capítulo de la serie ‘Tiroteos Escolares en EE.UU.’ se desarrolló en una escuela cristiana de Wisconsin. Este episodio dejó un saldo trágico de tres muertos, incluida la atacante de 15 años, y varios heridos. Pero, claro, ¿quién necesita un guion original cuando puedes reciclar el mismo argumento una y otra vez?
La situación no solo es alarmante, sino que también plantea preguntas sobre la salud mental y la seguridad en las escuelas. ¿Acaso es demasiado pedir que los jóvenes tengan acceso a ayuda psicológica en lugar de armas? Pero, por supuesto, en la tierra de la libertad, el derecho a portar armas siempre tiene prioridad sobre el derecho a la vida.
Las reacciones no se hicieron esperar. La Casa Blanca emitió un comunicado, como si eso fuera a cambiar algo. Y mientras todos los políticos se apresuran a ofrecer sus condolencias y promesas de acción, el ciclo se repite, como un viejo disco rayado. La comunidad se encuentra devastada, y el resto del país se pregunta: ¿cuándo aprenderemos?
En resumen, Wisconsin nos recuerda que, a pesar de los avances tecnológicos y los cambios en la sociedad, el tema de los tiroteos en escuelas sigue siendo tan relevante como siempre. ¿Cuántas tragedias más necesitaremos para hacer un cambio real? La respuesta parece estar tan perdida como la razón en este debate sin fin. Comparte tu opinión, porque en un mundo donde las palabras son el único recurso que nos queda, nunca se sabe cuándo será la última vez que podamos alzar la voz.
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