Parece que Donald Trump ha decidido jugar a ser el embajador de Panamá, aunque la última vez que lo hizo, no le fue tan bien como esperaba. Anunciando a un nuevo embajador para el país centroamericano, Trump aprovechó para lanzar sus acostumbradas críticas sobre el control del Canal de Panamá. ¿Acaso alguien le ha explicado que el Canal no es un simple parque temático que se puede administrar a su antojo? Porque, si no, ¡estamos en problemas!
En una movida que haría sonrojar hasta al más experimentado de los diplomáticos, Trump eligió a un comisionado de Miami-Dade como embajador en Panamá, en medio de protestas que se desataron frente a la embajada de Estados Unidos en el país. La población panameña ha dejado claro que no están muy entusiasmados con que alguien que probablemente confunda un ceviche con una ensalada de atún venga a dirigir sus relaciones internacionales.
Y no es para menos, porque las declaraciones de Trump sobre el Canal han causado un verdadero terremoto político en la región. Mientras Latinoamérica se une en defensa del Canal, el ex presidente estadounidense parece aferrarse a sus ideas como un niño a su manta de seguridad. Pero, ¿quién necesita la diplomacia cuando puedes simplemente gritar desde tu oficina?
En resumen, mientras el nuevo embajador se prepara para navegar en aguas turbulentas, el resto del mundo observa con palomitas en mano. Porque, seamos honestos, esto podría ser el inicio de una comedia diplomática digna de un Oscar. ¿Qué podría salir mal? Al final del día, siempre podemos contar con que el Canal de Panamá se mantenga fuera del alcance de Trump y su equipo. O al menos eso esperamos.
Así que, querido lector, mantén tus ojos bien abiertos y tus oídos afinados, porque esto apenas comienza. ¿Qué opinas de la elección de Trump y de sus críticas al Canal? ¡Déjanos tus comentarios y comparte esta locura con tus amigos!
La diplomacia nunca fue tan divertida como ahora.
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