
En una saga que podría rivalizar con cualquier telenovela de la tarde, el juez encargado del ‘caso Stormy Daniels’ ha decidido que Donald Trump no tiene inmunidad presidencial en relación a su condena por pagos a cambio de silencio. ¡Vaya sorpresa! Parece que el expresidente no puede simplemente usar su tarjeta de ‘inmunidad VIP’ para salir de todos los líos legales que ha creado. El juez, en un alarde de sentido común, ha rechazado el intento de Trump de desestimar la condena, recordándole que, a pesar de su glorioso pasado en la Casa Blanca, las reglas del juego siguen aplicándose a todos, incluso a los que se creen más grandes que la vida misma.
La decisión del juez llega después de una decisión del Supremo que, en un giro irónico, no le da un salvoconducto a Trump para esquivar su destino judicial. Es como si el universo decidiera que la comedia política no puede terminar tan pronto, y nos ofrece un nuevo episodio lleno de giros inesperados y sorpresas.
Con un contexto donde la política y el espectáculo se entrelazan, es casi conmovedor ver cómo un expresidente se encuentra luchando en la corte por un asunto que, recordemos, involucra pagos a una actriz de cine para adultos. ¡Qué mundo tan loco tenemos! Este escándalo ha resonado en los medios como un eco de los tiempos de la monarquía, donde los nobles creían que estaban por encima de la ley. Pero, en este caso, el juez ha decidido que los reyes no son más que príncipes con problemas legales.
¿Y qué pasará ahora? Apuesto a que Trump ya está pensando en una nueva estrategia de marketing: ‘¿Te gusta la política? Ven a ver cómo un ex-presidente pelea en la corte por su reputación mientras paga a los actores por su silencio’. Tal vez deberíamos hacer una serie de Netflix sobre esto. Al final del día, ¿no es eso lo que todos queremos? Un reality show donde los protagonistas son figuras públicas que parecen más sacadas de un episodio de South Park que de la realidad misma.
Así que, amigos, ¿qué opinan? ¿Estamos listos para otro capítulo de esta épica saga? ¿O simplemente preferimos ver cómo se desmorona un imperio que nunca debió ser? Dejen sus opiniones en los comentarios, y no olviden compartir este artículo si creen que la política necesita un poco más de risas y menos drama. Porque, al fin y al cabo, ¿quién necesita telenovelas cuando tenemos esto?
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